Carlos Acle: “Nos gustaría que la tecnología sea un lugar para todos”
El presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Carlos Acle, divide su tiempo entre este nuevo rol y el de director de su propia empresa: Onetree. En medio de una agenda ajustada al tamaño de sus responsabilidades, el ingeniero hizo un espacio para conversar sobre la situación actual de la industria tecnológica en Uruguay en UCU Business School, donde Acle hizo su MBA y es alumni en nuestra escuela de negocios.
Para su gestión 2022-2024, Acle y su equipo directivo en CUTI tienen claros los retos del sector: aumentar la cantidad de personas que se dedican actualmente a la industria, reducir la brecha de género, ubicar más empresas en el interior del país y promover la sustentabilidad. Los objetivos principales son encabezar las exportaciones de Uruguay y superar así rubros tradicionales como la carne, y generar el 5% del PIB. Saben que pueden parecer ambiciosos y que hay mucho por hacer –y decir— para lograrlos.
El próximo 10 de noviembre se llevará a cabo el CUTI Business Forum 2022, ¿en qué consiste este acontecimiento?
Es el principal evento anual que tiene la cámara, tiene el objetivo de compartir con todo el ecosistema de tecnologías del Uruguay algún tema de negocio. Este año vamos a profundizar en la venta a Estados Unidos y Canadá, cómo es trabajar en esos dos mercados. Va a haber talleres donde los socios van a contar cómo ha sido todo su proceso y después va a haber paneles temáticos donde se va a tratar, por ejemplo, cómo el servicio exterior uruguayo tiene sus puertas abiertas en Estados Unidos, cómo los pueden ayudar, para que todo el que vaya se lleve todo el panorama.
¿Y cómo es el panorama actual de la industria IT en Uruguay?
La situación, desde el lado de los negocios y en términos generales, es muy buena. El desafío que tenemos para poder crecer en Uruguay es conseguir más talento. Las empresas hoy están creciendo de manera diversificada, eso es una muy buena noticia porque genera empresas maduras con posibilidades de poder gestionar diferentes centros de operaciones, con todo el desafío que eso tiene.
¿Cambia el tablero el hecho de que desembarquen en el país grandes empresas extranjeras como Globant y compre Genexus, por ejemplo?
Siempre es muy positivo. ¿Por qué? Porque sigue poniendo a Uruguay en el mapa. Que empresas multinacionales empiecen operaciones, o que adquieran empresas, demuestra que es un ecosistema maduro. Que estas multinacionales, que son obviamente gigantes tecnológicos, confíen en el talento uruguayo, en empresas uruguayas, demuestra que todo esto que se ha construido en estos más de 30 años se está consolidando.
¿Cómo se beneficia Uruguay de la existencia de empresas unicornio como D-Local o Nowports?
Principalmente como gran promoción. D-Local es unicornio y pública, es decir, completó todo su ciclo de crecimiento. La principal ventaja es que ponen a Uruguay en el mapa de los países en los que se pueden construir empresas que recorren todo ese camino.
El norte de la CUTI es que el sector tecnológico encabece las exportaciones del país, ¿cómo superar a un rubro tan tradicional como el de la carne en el mercado internacional?
Tenemos dos temas para posicionar: uno es el de las cifras. Para lograr eso tenemos que crecer y vender más. Siempre decimos que ahora la tecnología exporta más que la leche. En 2020 la tecnología estaba en el tercer lugar de producto que exporta Uruguay. Son temas que desde la Cámara tenemos que contar más; obviamente seguimos con esa idea de que el Uruguay exporta productos tradicionales.
Además de contar, tenemos que crecer para llegar a esos valores. Ahí es donde nos imaginamos que la tecnología siga siendo una política de Estado, así se ha sostenido en diferentes gobiernos del año 2000 en adelante. Eso se ha mantenido y obviamente entendemos que debería seguir así.
¿Cómo atraer inversión extranjera desde el sector?
Posicionando Uruguay como marca país. Tenemos Uruguay Natural, Uruguay fútbol, Uruguay tecnológico. Eso lo que hace es que, cuando hay que ir a vender el país al extranjero, Uruguay sea conocido como un hub tecnológico, eso ayuda a no tener que explicar qué es Uruguay, porque todavía lo tenemos que hacer. Tener un posicionamiento en ese sentido te elimina esas barreras.
Si después querés atraer capital para generar todo este ecosistema, ayuda que Uruguay ya esté posicionado como un lugar donde Globant compra Genexus, donde Microsoft instala su tercer laboratorio de innovación a nivel mundial y el primero en América Latina. Son historias que te permiten atraer capital.
Si la industria sigue creciendo como hasta ahora, ¿cómo se podría solucionar la falta de talento humano?
El sector tiene que lograr que más personas estudien tecnología. No estamos logrando contar nuestras historias de éxito ni todo lo que podés hacer desde cualquier punto del país. No estamos logrando explicar que no necesariamente tenés que ser ingeniero para trabajar en esto. Y eso es un problema para el sector. Tenemos que contar que hay diferentes roles, que es un mundo que nuclea una cantidad de perfiles y que esos perfiles cada vez son más diversos. Necesitamos más mujeres, convencerlas de que también es una industria en la que pueden desarrollar su carrera profesional.
¿Cómo hacer para que la gente vea la tecnología como una oportunidad?
Nos gustaría que la tecnología sea un lugar para todos, pero eso también requiere que la gente se forme. Por eso es importante que generemos oferta de formación para todo el mundo, porque no todo el mundo puede estudiar una tecnicatura de dos años, tres años, cuatro años de licenciatura o cinco años de una ingeniería.
Tenemos que romper con “mi hijo el doctor, mi hijo el abogado, mi hijo el escribano” y convencerlos de que estudiar una carrera afín al sector es una buena posibilidad futura. Por eso las figuras familiares que asesoran son importantes, son los que sugieren.
Además, tenemos que trabajar en conjunto con el gobierno en los procesos de reconversión. Hoy cualquier persona tiene que conocer las herramientas tecnológicas que están disponibles para hacer cada vez mejor y más eficientemente, ahí está la clave para que vos como profesional o experto en alguna disciplina puedas mantenerte.
¿Qué satisfacciones le ha dado el dedicarse a esta industria?
Aquí son tres temas: primero, es un área que te ayuda a resolver problemas. Siempre me gustó tratar de encontrarle una manera eficiente y buena de resolver un tema. Segundo, que es en un rubro donde siempre estás desafiado a nivel profesional y empresarial. Ahí lo ato con la posibilidad que te da de formar tu propia empresa, que siempre fue algo que quise hacer.
Y el último punto es poder contribuir con lo que hacemos. Hace seis años fundamos con otras empresas Ánima, que es un bachillerato público con gestión privada que apunta a estudiantes que vienen de contextos vulnerables. Poder generar oportunidades para que hoy haya gente trabajando en las diferentes empresas del sector es, de verdad, una de las satisfacciones más grandes que me ha dado la industria de la tecnología.
¿Cómo es la relación de su familia con la tecnología?
Soy medio raro porque no soy nada “freaky” tecnológico. La tecnología para mí es un medio, si nos sirve para hacer algo mejor y más eficiente, vamoarriba. Si no nos sirve, no. En mi casa, el wifi anda más o menos. Le pedimos a alguien que venga a darnos una mano con eso porque yo soy bastante poco hábil en ese sentido, mi esposa y mis hijas me dicen "no puede ser". La tecnología para mí es un medio excelente, pero tampoco siento que sea la solución de todos los problemas del mundo. Hay muchos temas más de sentido común que de tecnología para resolver las cosas.